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Recetas

Lasaña a la boloñesa

¿Lasaña al horno o pasticcio? Dos formas diferentes de llamar a una receta perfecta, que tiene el sabor de la fiesta, de las comidas familiares, de la Italia más auténtica y genuina.

Ese aroma inconfundible que huele a hogar, a familia, a celebración. La lasaña a la boloñesa no es solo una receta sabrosa y deliciosa. Es toda una institución de la cocina italiana y en todo el mundo representa el calor de la mesa de los domingos, el placer de compartir, preparando y saboreando un plato que nunca decepciona.
La versión tradicional emiliana, propuesta por Andrea, es la que lleva pasta fresca, salsa ragú, bechamel y queso, que se alternan en un juego de capas deliberadamente imperfecto (¿por qué si no la lasaña se conoce también como «pasticcio»?), pero hay variantes vegetarianas, blancas y de pescado, con las que es posible darse un capricho, utilizando ingredientes de temporada y mucha imaginación.

Elaboración del ragú

Empecemos por la salsa ragú. Su preparación es fundamental para una lasaña a la boloñesa perfecta. Pica en trozos pequeños las zanahorias, las cebollas, el apio y ata el romero, la salvia y el laurel con hilo de cocina, formando una ramita aromática.
En una cacerola vierte un poco de aceite, dora las verduras picadas durante unos minutos y añade la carne picada. Remueve, sube el fuego y deja que la carne se dore lentamente hasta que esté bien hecha.
Ahora vierte el prosecco, deja que se evapore y añade el puré de tomate, dos vasos de agua, la ramita aromática, sal y pimienta. Remueve y deja cocinar el ragú durante 2/3 horas a fuego lento, tapado, añadiendo más agua si es necesario. Solo hacia el final de la cocción se puede quitar la tapa. Añade medio vaso de leche y deja que la preparación se seque, si es necesario.

Elaboración de la pasta al huevo

Ahora es el turno de la pasta. Vierte la sémola, la harina «00», los huevos y la cúrcuma en un bol y mezcla bien hasta obtener una masa homogénea.
Pon la masa en un recipiente con tapa y dejarlo reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente.
Mientras tanto, ralla todo el queso.

Una vez transcurridos los 30 minutos, coge la bola de masa y saca un trozo. Utilizando un poco de sémola, aplánala ligeramente sobre la tabla para formar un rectángulo y extiende la pasta en la máquina.
Comienza con un grosor mayor y luego redúcelo gradualmente hasta obtener la lámina de pasta más fina que puedas con la laminadora. Si la consideras demasiado húmeda, espolvorea un poco de sémola, pásala a una tabla y corta rectángulos tan largos como la bandeja de horno en la que vayas a preparar la lasaña. Continúa así hasta terminar la masa.
Una vez preparadas las láminas, pon una olla llena de agua con sal en el fuego y prepara al lado un bol con agua fría y salada.

Cuando el agua empiece a hervir, sumerge dos láminas a la vez, espera 10 segundos y, con una espumadera, escúrrelas directamente en el recipiente de agua fría para detener la cocción. Mientras están en el agua, asegúrate de que no se peguen estirándolas con las manos para que no se arruguen. Escurre las láminas con la mano y pásalas de nuevo a una tabla de cortar (puedes secarlas con un paño de cocina para que se sequen un poco).
Sigue así, colocando las láminas cocidas una al lado de la otra sin superponerlas. En cuanto el ragú esté listo, salpimienta y procede a montar la lasaña.

Elaboración de la salsa bechamel

Para preparar la bechamel, vierte la mantequilla en un cazo y deja que se derrita, añade la harina de una sola vez y cuece durante unos minutos hasta obtener un roux dorado.
Calienta la leche en un cazo alto y, cuando empiece a hervir, vierte el roux y remueve con una batidora de varillas enérgicamente hasta que esté completamente mezclado. Añade sal, sazona con nuez moscada y hierve durante unos minutos. Mantén la bechamel caliente, a fuego muy lento, removiendo de vez en cuando.

Elaboración de la lasaña

Coge una bandeja para lasaña y aplica una fina capa de salsa bechamel. Coloca las primeras láminas sin solaparlas y, cubriendo la parte superior hasta los bordes (corta las láminas si es necesario), añade una capa de bechamel, sin pasarte, una fina capa de salsa ragú y espolvorea un puñado de queso Grana Padano. Coloca otra lámina de pasta encima y continúa con las capas hasta terminar la pasta. Como capa final, coloca la pasta con la bechamel (en este caso, cúbrela totalmente con una capa, procurando no dejar ningún borde de pasta sin cubrir) y abundante queso Grana.

 

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